El poeta del silencio rompió las cartas escritas de sus amadas y decidió retirarse a una vida vagabunda, tanto dolor en el mundo y él sólo sufriría por un par de mujeres, basta, y cerró la puerta que jamás volvería a ser abiertas por aquellas manos que acariciaban sueños de tibieza y suavidad.
El primer paso a la deriva sería un par de dineros juntados de los libros que alguna vez leyó y que hoy le proporcionaban el camino hacia el olvido. Decidió cerrar sus ojos al propio sufrimiento, tan obstinado y cargado de una infamia mortal. ¿Observar otros lugares otros sufrimientos, vaciado el cerebro el tiro invisible que jamás notó? Qué viaje sin rumbo esperaba a este hombre. Quizá hubiera sido mejor transmutar su vida en una flor, sin pensar sin esperar sin decidir sin tener capacidad de amar ¿pero acaso un flor no se ve más bella cuando el cuidado de la naturaleza le favorece? Es evidente que la muerte no le habría favorecido en nada, y la vida…ese suspiro infértil nefasto tampoco, ser un ser humano entre tantos seres humanos que codician la esclavitud de otros hombres, ¿acaso la humanidad ha sido en vano? Quién sabe. Qué recorrido sin final, y aquella puerta que jamás se abriría allí en donde retornaban ecos de orgasmos fatuos, qué brutalidad de existencia, bestias desoladas y temerosas.
Compró unos pasajes hacia otro rumbo otro que no fuera aquel dejado atrás y para siempre, también compró un revólver, jamás se sabe cuando otra bestia pedirá por su sangre, pero al llegar a aquella Terminal de nadas juntas y dispersadas por el mundo-no mundo no-nada, qué buscaría olvidarse de sí caer en la locura, pero estaba cuerdo, sabía su nombre sabía que no quería volver sabía que las mujeres no eran lo único que desea el sufrimiento de unos o de otros, no parece convencerle nada, no parece buscar nada tampoco era la palabra “huir”. Se subió a ese colectivo lleno de extraños como él, no esperando nada, una naturaleza muerta en su vida, en eso consistía la no-búsqueda el hartazgo de la falsedad y lo desgarrador, el peso de la carne distante del alma.
Ella dijo “un río de sangre no es el único que puede llegar a matarme, el mío es sólo el comienzo de una muerte más propia…” Se lavaba la cara pensaba en metáforas, recordó a su amigo desconocido desde siempre y que querido desde su ignorancia, recordó como si no recordara, como si no existieran las imágenes sólo abstracciones de ensueños distantes, pasajeras y tan profundas que le eran prácticamente indignas, no quiso pensar en eso, quiso lavarse la cara y pensar en metáforas, quiso colgar la sangre oculta en el agua pero todo era sangre, el mundo es sangre hambre enjambres de abejas zánganos que la reina espera para alimentar su egolatría, el mundo sangre-amor y muerte, el mundo agonía sangre y vida, el mundo así en metáforas. Su sangre estaba muerta fuera de ella ahí desde dónde la vida es vida y muerte y vida su sangre latente su corazón muerto en persona y despersonalizado su corazón su amigo el mundo enfermo ella podía ser si pensaba en metáforas. Sin embargo las metáforas no son metáforas sólo fragmentos de cuerpos que se han humanizado, objetos inmóviles que denuncian verdades a través de las metáforas. Todas y ninguna palabra, indigna mentira cargada de sufrimiento indigno, a veces sólo queda eso, resulta que la reina se mofó y actuamos todo para su show y entregamos la vida a esta hipocresía, pero bien el mundo redondo que gira que gira el universo que nos contiene el caos la nada el silencio el cerebro la nada el silencio el cuerpo la nada la muerte el silencio el caos la nada la tierra gravedad y gran oscuridad. Aquí sólo el rojo es digno de significar verdad rojo muerte, rojo vida carne calor aciago. Mi amigo mi amigo corazón de metal y mercurio mi corazón es tu corazón y el abismo es tan profundo. No tengo palabras tenemos grandes metáforas que el viento derriba y la razón juzga sin razón, sin pensar en lo pensado sin querer lo deseado sin esperar lo inesperado entonces soy libre y soy esclava, soy sangre muerta y sangre despierta ambas y ninguna.
Qué lejos estamos qué cerca estamos qué farsa estamos dispuestos a aceptar. La clave de el infinito sin ser zánganos de la reina que da órdenes, los esclavos de la reina no son esclavos de su sangre son sometidos de la indiferencia y las metáforas son indignas de ellos y nadie ni mi sangre lavada muerta en la cueva de la muerte y la vida no curarán la infinidad de sometimiento, mi sangre sólo es propia y en eso hay mi muerte, mi metáfora de vida ansiosa de mi muerte enferma de sangre escupiendo blasfemias a la reina, despedazando zánganos inocentes llorándoles sin piedad sin calma.
Pronto será la hora de morir en cada alma que reniega de hacerse cuerpo, pronto el cuerpo morirá al negar su alma y nadie creerá en nada y la reina podrida de soledad se comerá sus patas y al ya no poder mover su gordo aguijón que injerta dolor y prisión, comerá sus miembros tragando su veneno, tragando su sangre cuando ya no haya de quién abusar cuando ya no haya zánganos que actúen ignorándose porque morirán sin saberlo pero sí conociendo el dolor, siervos de las muertes y de la infinidad de putrefacción mi reina. Yo lavo mi sangre en el agua entre otra sangre que lava su sangre con sangre y lágrimas.
Muerte de escribas que no hayan papel en el mundo que no esté limpio, sangre suciedad, arrebatados todos los papeles ya no hay verdades sin mentiras solo mentira de verdades ignoradas papeles sucios papeles llenos de tierra de sangre de espasmos de esperanzas de muerte de oscuridad papeles que se silencian entre las calles llenas de miseria y papeles que son escritos sobre escritos sobre escritos confundidos entremezclados sucios de tanta verdad, vagabundos escribas recolectando comiendo papeles llenos de metáforas indigna realidad indignos de mentira dignos del dolor de la suciedad del cansancio del silencio desgarrado aguijoneado. Tanto dolor para someter al dolor para someter al dolor para jamás olvidar para lavar la sangre con sangre para ser un río de una gran metáfora-silencio y dolor.
Pero es tan difícil que sólo te quedarían 24 hs para enloquecer, para ya no realidad, abandono de papeles sucios es tu cordura, qué puedo hacer callar los papeles sería la muerte